12 Y miré cuando él abrió el sexto sello, y se produjo un gran terremoto. El sol se puso negro como tela de cilicio; la luna entera se puso como sangre,
13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como una higuera arroja sus higos tardíos cuando es sacudida por un fuerte viento.
14 El cielo fue apartado como un pergamino enrollado, y toda montaña e isla fueron removidas de sus lugares.
15 Los reyes de la tierra, los grandes, los comandantes, los ricos, los poderosos, todo esclavo y todo libre se escondieron en las cuevas y entre las peñas de las montañas,
16 y decían a las montañas y a las peñas: "Caed sobre nosotros y escondednos del rostro del que está sentado sobre el trono y de la ira del Cordero.
17 Porque ha llegado el gran día de su ira, y ¡quién podrá permanecer de pie!"
(Apocalipsis 6: 12-17)